Todo empieza...
...en el año 1924, Joan Boter Torrents, un joven empresario de 24 años, abre un negocio en la calle Prat de la Riba (actualmente calle del Mar) de Badalona, dedicado a la droguería.
Dentro de la dinámica industrial existente en la ciudad, rápidamente se hace un nombre entre las grandes fábricas establecidas de la época.
Llegando a contar con servicio de transporte con carro y hasta con un servicio precursor del actual "Glovo".
En el año 1984 se decide diversificar la actividad del negocio, ya en manos de su hijo Josep Boter Dulcet, y se construye un edificio para dedicarlo al sector de las Bellas Artes.
Josep, con la ayuda de sus hijos y de valiosos dependientes, consigue mantener, incluso en tiempos difíciles, y reforzar su visión de negocio: Aportar soluciones a cualquier demanda y mantener la proximidad con el cliente.